Buenos
días querido lector,
Alguna
vez te has preguntado por qué la lengua se queda pegada al hielo cuando lo
chupas?
Si
alguna vez has tenido ese irrefrenable impulso de experimentar y se te ha
ocurrido ver qué pasa si chupas una valla o un poste metálico en pleno invierno…
ya lo sabrás, no? O por lo menos, las consecuencias de tu brillante idea!!
Efectivamente,
tu lengua (o la del amig@ al que has convencido para que lo haga…) se queda
pegada!! Pero… por qué?
Es
sencillo: cuando la temperatura de la superficie metálica está considerablemente
por debajo del punto de congelación del agua, lo que ocurre al chuparla, sencillamente,
es que la saliva de la lengua se congela, de forma que las moléculas de ésta se
unen a las del hielo, produciéndose la adherencia.
Además,
la buena conductividad térmica del metal provoca que la valla extraiga el calor
de la lengua con lo que la saliva y la lengua se enfrían rápidamente y, aunque
la lengua esté a 37ºC (temperatura media del cuerpo) se favorece ésta
congelación local.
Pero
esto no es algo exclusivo de la lengua. Cualquier parte de nuestro cuerpo que
tenga cierta humedad (por ejemplo, nuestras manos) puede quedarse adherida a
una superficie fría.
Para
despegarlo, no hay que tirar. El grado de adherencia es bastante elevado y si
tiras con fuerza puedes llegar a desgarrar la piel de la zona afectada y
producirte heridas. Y te dolerá...
Pensemos:
si lo que ha provocado la adhesión es la congelación de la humedad, lo que
tienes que hacer es descongelarla. Lo más rápido: vertiendo agua a mayor
temperatura. Si no tienes prisa, puedes esperar a que tu cuerpo equilibre la
diferencia de temperaturas hasta que descongele la zona. Tú decides. Pero yo
haría lo primero… ;-)
Ahora, te dejo un pequeño
ejemplo... Disfrútalo!!
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