Hola!!
qué
es lo primero que haces cuando quieres pegar algo (además de comprar el
adhesivo…)? Miras las superficies y pasas el dedo para ver si hay polvo…
Pues…
muy bien hecho! Porque lo primero que hay que saber es cómo están las
superficies! Y después… actuar en consecuencia. Y lo normal es limpiar las
superficies. Lo normal, lo necesario y lo obligatorio. Siempre hay que limpiar
antes de pegar.
Pero
antes, hay que hacer un par de cosas:
- Aclimatar las piezas. Es decir,
que todo esté a la misma temperatura porque… los materiales se dilatan y
se contraen con la temperatura y además, si la superficie está muy fría,
puede llegar a condensar agua de la humedad ambiental, que tendrías que
retirar porque no quieres pegar sobre agua!
- Asegurarte de que las dos piezas casan perfectamente (esto es lo primero que haces cuando quieres arreglar el asa de la taza… ver si falta algún trozo y hay huecos).
El
objetivo de estos dos pasos previos es evitar tensiones internas en la unión
que pueda hacer que falle en el futuro. Hay adhesivos que son capaces de
rellenar huecos y de absorber deformaciones térmicas relativas (de hecho, están
diseñados para ello) pero es mejor asegurarse.
Bien,
una vez cumplas con esto, llega la hora de la limpieza. Para ello, necesitarás
saber que:
- El limpiador debe ser capaz de
eliminar toda la suciedad que haya en la superficie, ya sea soluble en
agua (sales, etc.) o insolubles en agua (aceite, grasa, etc.).
- El limpiador de debe evaporar o
retirar rápidamente sin dejar restos.
- El limpiador no debe dañar los
materiales a pegar. Es decir, como idea general, no debe generar corrosión
en metales o disolver plásticos, por ejemplo.
- Por supuesto, el producto limpiador no puede ser dañino para la salud o el medio ambiente.
Y,
como ya te estarás imaginando, no hay muchos limpiadores que cumplan con todo
esto al 100%.
Un
aspecto importante para que el limpiador pueda limpiar es que moje la
superficie. Vaya ocurrencia, no? Pues… sí… y es que aquí aparece de nuevo el
problema de la tensión superficial. Por ejemplo, una superficie manchada con
silicona será muy difícil de limpiar porque, al tener la silicona una tensión
superficial muy baja, el limpiador no será capaz de mojarla y por lo tanto, no
podrá limpiar.
(Como
dato curioso, la mayoría de limpiadores comerciales incorporan tensioactivos
para disminuir su propia tensión superficial y así permitir una mejor limpieza…
míralo en tu lavavajillas o en el detergente para lavar la ropa, qué ves?)
Existen
2 grandes familias de limpiadores:
- Orgánicos: alcoholes (isopropílico,
etílico, etc.), acetonas, ésteres y demás disolventes.
- Acuosos: neutros (pH entre 5 y 9), ácidos (pH<5) o alcalinos (pH>9).
Cada
uno tiene sus propiedades e inconvenientes. Si te interesan los detalles,
podría abordarlos en otro post, pero por ahora creo que es suficiente con
presentarte las opciones que hay. No obstante, por mi experiencia, te puedo
decir que el alcohol isopropílico y la acetona van bastante bien. Ambos tienen
capacidad para disolver aceite y grasa y para limpiar residuos solubles en
agua.
Finalmente,
cuando elijas el limpiador debes tener en cuenta el material de tus piezas
(para que no lo dañe), qué tipo de suciedad tienes (soluble en agua o no) y los
requerimientos de limpieza en la superficie que quieres limpiar.
En
el siguiente post, te hablaré de los métodos de limpieza que existen, porque no
todo es frotar…
Eso sí, por favor, cuando
hayas limpiado la superficie, no pases el dedo para comprobar si está limpia
porque los dedos manchan… Te lo digo yo: si lo has hecho bien, está limpia. No
pases el dedo. Simplemente confía.